Editado en catalán, Ara.cat -como lo llaman sus seguidores- es el más reciente diario de Barcelona y una de las más interesantes cosas que vi en esa ciudad, a donde fui a participar del Mobile World Congress. La cabecera, que opera en multiplataforma y este año lanzará varias novedades innovadoras (sobre las que no puedo contar mucho), surgió con los primeros indicios de que el sentimiento independentista podría empezar a ser mayoría en Cataluña. El diario se presenta como promotor de que los catalanes puedan votar su futuro. Su público es ese: los que quieren el referendum para decidir.
«Vendemos publicidad como todos los diarios pero nuestro eje del negocio son los lectores/usuarios y, por ende, los contenidos, es decir, el periodismo, nuestros columnistas, sus conferencias, seminarios y cursos…y hasta tenemos una tienda», me contó Toni Piqué, chief user experience (CUE) de esta empresa periodística, en cuya redacción una pantalla refleja en tiempo real cuántos suscriptores tiene el diario y cuántos usuarios únicos visitan la página, entre otras cosas.
En La Botiga de l’Ara, la tienda que menciona Piqué, se consigue abundante merchandising soberanista…además de libros, música, películas, vinos y productos delicatessen, juguetes, parrillas y hasta sets de maquillaje, entre otras cosas. En la versión online de la tienda se puede ver también “el mejor cine independiente catalán” en una suerte de Netflix en el que se paga 1.95 o 2.95 por película.
En circulación, el diario logró ubicarse tercero (con más de 30.000 ejemplares diarios), detrás del histórico La Vanguardia (que en tiempos de Franco y por imposición de éste se llamó La Vanguardia Española) que aunque cayó fuerte mente sigue liderando por lejos con unos 150.000 ejemplares diarios; y de El Periódico (100.000). Por detrás, en el cuarto lugar, se encuentra El Punt Avui. En la web (donde tiene un modelo freemium)Ara.cat logró 1,98 millones de usuarios únicos en febrero de 2014, un 40% más que un año atrás.
Ara.cat (este es el dominio de Internet, el diario se llama simplemente Ara) podría traducirse literalmente como «Ahora Catalunya». Con una redacción joven (que por todo concepto emplea a unas 100 personas), el diario se identificó desde el comienzo con el proceso soberanista catalán (al que en América Latina, en general, y en Argentina, en particular, no se le ha dado aún suficiente relevancia).
En el manifiesto fundacional, los propietarios afirman, entre otras cosas:
“A més, Catalunya, avui, quan travessa el tràngol de la delicada situació econòmica internacional, viu també la mutació dels paradigmes polítics sorgits de la Transició espanyola, tot preguntant-se per l’articulació com a país mentre al carrer la realitat és cada vegada més mestissa. S’obren grans interrogants i alternatives, grans reptes i grans decisions. ARA vol contribuir al debat, parlant de tot sense dogmes i sense límits, perquè Catalunya aposti pel futur amb tota la seva ambició i energia, i esdevingui aviat una de les societats europees amb més prosperitat i benestar, capaç de generar riquesa immaterial i material per als seus ciutadans, de manera permanent i sostenible.
ARA és un diari que neix en plena crisi, i això no és una casualitat. Vivim canvis profunds arreu del món. Canvis socials, tecnològics, demogràfics, productius i de valors. Canvis de tota mena que són les causes profundes de la crisi econòmica i financera actual. Aquests canvis generen reptes per al nostre país, i donar eines per transformar-los en oportunitats és una de les raons de ser d’ARA i la que explica per què ARA tria la crisi actual per néixer.”
Esa posición editorial le ha ido permitiendo sumar lectores fieles que están en la misma sintonía. El 11 de septiembre de 2013, el independentismo catalán formó una hilera humana de Norte a Sur de 430 km que juntó alrededor de 1,4 millones de personas, una parada al lado de la otra (en oportunidad de La Diada). Y ahora, toda España debate (algunos debaten, otros rechazan de plano) el desafío catalán de votar, el 9 de noviembre próximo, en una consulta popular de dos preguntas: “¿Quiere que Cataluña sea un estado?” y “En caso afirmativo ¿quiere que este Estado sea independiente?”
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